Durante tres años jugó en el equipo del centro penitenciario y ha cambiado el West Brom por el modesto Oldham.
No es normal que un futbolista permanezca tres años sin jugar. Pero menos lo es que la causa de su larga inactividad sea una condena de cárcel. Sin embargo, éste es la caso de Lee Hughes, flamante fichaje del Oldham, de 31 años, que acaba de quedar libre tras cumplir una condena de tres años de prisión por haber provocado la muerte de dos personas en un accidente de tráfico.
El nuevo delantero del Oldham, de la League One, la tercera categoría del fútbol inglés, salió la semana pasada de la cárcel después de haber cumplido tan sólo la mitad de su condena. “Pido perdón por mis actos y espero una oportunidad para reconstruir mi vida. He cometido terribles errores y decisiones que vivirán conmigo el resto de mi vida”, dijo Hughes durante la presentación con su nuevo equipo.
Los ‘latics’ le han brindado esta oportunidad al ex atacante del West Brom con experiencia en la Premier League, aunque de hecho ya le tenían ‘atado’ desde el pasado mes de enero. En esos tres años a la sombra, Hughes ha jugado con el Featherstone, el equipo de centro penitenciario donde cumplía condena.
La vida de este futbolista cambió radicalmente en noviembre de 2003 cuando su Mercedes CL 500 –valorado en 150.000 euros– colisionó con un vehículo en el que se encontraban Douglas y Maureen Graham y Albert Frisby. El primero de ellos murió en el acto y su mujer falleció 13 meses después del accidente tras un largo coma. Hughes se dio a la fuga tras la colisión, fue arrestado 36 horas después y encarcelado en 2004 por causar una muerte por conducción temeraria y abandonar el lugar del accidente. Ahora, libre, el futbolista se arrepiente: “Nunca me perdonaré a mí mismo por esto”.
Pero Albert Frisby, la tercera persona que viajaba en el coche que golpeó Hughes, alberga serias dudas sobre la rehabilitación del jugador. “La arrogancia que mostró en el juzgado me dice que lo hará de nuevo”, vaticina.
Noticia DIARI SPORT
