Como ya es sabido no solo en el fútbol español hay equipos deportivos en situación económica critica, una de las competiciones más importantes como la Premier League está pasando por el mismo calvario, equipos importantes como el Liverpool y el mismo Manchester United están dentro de la lista negra que podría complicar el futuro de ambas entidades.
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Deudas y bancarrota Las finanzas ahogan a equipos como
Liverpool, Manchester United, Portsmouth o West Ham Una borrasca financiera amenaza la Premier League inglesa, ya que tanto al Manchester United como al Liverpool les pesan sus deudas y buscan con urgencia fondos para sus arcas, con el fin de evitar la bancarrota que se avista en el futuro financiero del Portsmouth y del West Ham.
Los hinchas de los reds y de los red devils mantienen una feroz rivalidad desde hace años, pero la actualidad económica de sus clubes les hace tener algo en común, y es que los aficionados de ambos equipos detestan a los propietarios estadounidenses que dirigen las entidades británicas.
«Thanks, but no Yanks» (Gracias, pero sin Yankees), decía el sábado una pancarta de los aficionados del Liverpool en el partido que el equipo que dirige Rafa Benítez disputó ante el Stoke City. «Love United, Hate Glazers» (Amar al United, odiar a los Glazers), rumiaban los seguidores de los 'red devils', en Manchester, haciendo alusión a la familia que rige el club.
Los reproches que hacen las aficiones a los respectivos dirigentes de sus clubes, los más laureados de Inglaterra, es haberse hecho con el control de los equipos y encauzar a ambas entidades en un camino de deudas que la actual crisis económica internacional ha convertido en una situación muy peligrosa. En cinco años, el Manchester, que fue el club más rentable del mundo, ha pagado 320 millones de libras (unos 350 millones de euros)
en concepto de intereses.

El proyecto de venta del centro de entrenamiento de Carrington para ocuparlo después en régimen de cesión o alquiler y la emisión de 500 millones de libras para refinanciar la deuda, estimada en unos
700 millones, han generado rabia en los hinchas del Manchester, que organizarán una manifestación el próximo 10 de marzo, aprovechando el compromiso de Champions ante el Milan. En este contexto de morosidad, los 94 millones de euros que el club ingresó por el traspaso de su estrella, Cristiano Ronaldo sólo han servido para evitar más deudas al club.
En bancarrota El Liverpool renunció a la construcción de un nuevo estadio y sus dirigentes quieren convencer a nuevos inversores para que entren en el capital del club a cambio de 100 millones de libras. Sin embargo, los problemas económicos de los grandes enmascaran los que tienen los clubes modestos, para los que un escenario de bancarrota, como el sufrido por el Leeds en el 2003, parece creíble. El Hull y el Wigan son entidades estructuralmente deficitarias, mientras que el Portsmouth, que apenas logra pagar a sus jugadores, tiene problemas con Hacienda y se le ha prohibido realizar fichajes por su mala salud financiera.
El West Ham también se enfrenta a la bancarrota de su propietario Bjorgolfur Gudmundsson, un banquero víctima de la debacle financiera islandesa.
Tras haber pronunciado varias advertencias por las «montañas de deudas» de los clubes, el director general de la Federación Inglesa de Fútbol (FA), Richard Scudamore, puso en marcha un mecanismo de control de gestión muy restrictivo. Sin embargo, cabe preguntarse si no es demasiado tarde para la puesta en marcha de esas medidas, porque la Premier League compró a crédito sus éxitos, pero contempla ahora, desorientada, el precio de la cuenta. © larioja.com