Interassant article a l´AS..sobre el catalanisme d´uns i dels altres, cuanta cretesa
Iván Molero | 01/08/2012
Da igual. Podrán llevar 11 pretemporadas en Cataluña, jugar seis partidos seguidos entre Palamós, Olot, Peralada, Tarragona, Cornellà-El Prat y Sabadell, más otro benéfico en Figueres, en septiembre. Podrán ceder jugadores la misma temporada a Nàstic, Sabadell o Girona. Podrán dar todas las facilidades a la FCF, desechando una posible gira americana para volver a Montjuïc una noche de verano. Ni siquiera importará que lo fundaran catalanes, estudiantes universitarios. Aun siendo la segunda entidad deportiva con más socios de Cataluña, le seguirán considerando un paria, un ente inferior. Como en una sociedad civil configurada casi a imagen y semejanza del 1984 de George Orwell. Ya lo dijo el genial escritor: "En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario".
Ese papel le ha tocado vivir al Espanyol, que ayer tomó la valiente decisión de renunciar a la nueva fecha propuesta para la Supercopa de Catalunya. Una burla contestada sin titubeos. Y, aun así, algunos buscarán cualquier argumento para colgarle el cartel del malo de la película. Aun cuando ayer la exhibición fue doble, con la presencia por la tarde en el Nou Estadi. Hasta triple, pues marcaron dos catalanes (Álvaro y Christian Alfonso) y debutó otro (Capdevila). Si el Espanyol ha sido capaz de sobrevivir -incluso de brillar- en esa categoría de antihéroe, ¿qué no haría en una sociedad menos pervertida por quienes la dirigen? Esa realidad puede que nunca la conozcamos.