Creo que Mandiá se traicionó a sí mismo, desde el día de Alcorcón, bien por necesidad por la ausencia de Collantes o quizas por presión. Renunció a su estilo "amarrategi", que tan bien le había ido y salió a jugar de tu a tu a los rivales. Y con esta plantilla es imposible jugar a otra cosa que no sea replegarse y rezar para que Anibal enganche alguna.
De hecho sí Mandiá hubiese mantenido su estilo quizas hubiesemos cosechado tres empates más, con Alcorcón, Tenerife y Recre, 3 puntos más, que ahora mismo serían oro.
La baja de Collantes desde el partido de las Palmas, ha hecho mucho daño, ahí empezo la debacle y dinámica negativa.
Sólo espero, que Mandiá, el cual no tiene ningún vínculo con el club, hable claro el día que se vaya, quizás saquemos algo claro y comprendamos muchas cosas que ahora mismo se nos escapan.