Redacción. El Manresa-Sabadell del próximo domingo llega en un buen momento. Ambos equipos están encaramados en la parte alta de la clasificación, algo que no tiene porqué extrañar del equipo arlequinado, que dispone de un potencial deportivo suficiente para afrontar la vuelta a la 2ª División B, pero que sí del Manresa, aunque no olvidemos que la pasada temporada los rojiblancos se mantuvieron durante muchas jornadas en la zona de promoción de ascenso. Apuntábamos en la crónica del Balaguer-Manresa que el Sabadell no nos visitaba (en partido oficial) desde la temporada 86-87, cuando los vallesanos militaban en 1ª División. Fue después de que en la anterior eliminatoria, el equipo que entonces dirigía Eduardo Texeiro eliminase al Figueres (2ª División A) por un contundente 6-2. Fue una noche inolvidable que el técnico rojiblanco bautizó como la “noche galáctica”. Después llegaría un Cd’ E Sabadell que, a pesar de las dificultades que encontró en la primera mitad (0-0) ante los Serra, Roca, Torradeflot, Martínez, Masafret, Marcuello y compañía, en la reanudación se impuso por 0-4 (Nacho, Lino, Rafa Rodríguez en propia puerta y Ribes, de penalti fueron los autores de los goles), aunque el colegiado valenciano Bayarri Ribelles algo tuvo que ver, dejando un mal recuerdo entre la afición manresana por una actuación que perjudicó los intereses locales cuando la eliminatoria (a partido único) no estaba aún decidida.
Si tenemos que buscar, en este caso, el último enfrentamiento liguero entre el Manresa y el Sabadell, aún tenemos que retrotraernos más en el tiempo y viajar hasta la temporada 75-76 (foto), la temporada en la que el Manresa fue noticia en todos los informativos españoles debido a la primera huelga de futbolistas que se produjo en España, y que protagonizaron la mayoría de jugadores de la plantilla rojiblanca. Aquel año el equipo manresano descendió, aunque vendió cara su piel a pesar de jugar parte de la segunda vuelta con un equipo plagado de juveniles. El descenso, no obstante, no fue del todo perjudicial para la entidad, ya que desde aquella época el club apostó fuerte por la cantera y desde entonces las diferentes plantillas del primer equipo han estado formadas, mayoritariamente, por jugadores formados en la casa. El Sabadell 75-76 tenía como entrenador a Jaurrieta, pero los resultados, nada esperanzadores para una entidad que buscaba el ascenso a 2ª División (no existía la 2ª B), hizo que Pepe Martínez le relevara en el banquillo, aunque finalmente el equipo acabó en un discreto 6º lugar en la tabla (la temporada siguiente sí que el equipo arlequinado logró el ascenso después de quedar campeón). El resultado del partido disputado en el Pujolet, ya me perdonareis, pero no lo recuerdo, pero sí el de la Nova Creu Alta: 4-0.
30 años después se volverá a vivir un duelo liguero entre Manresa y Sabadell, aunque ya no será, como en aquella ocasión, en la ratonera, pero más acogedor Pujolet. El Congot será el escenario de un partido que enfrentará al 4º clasificado contra el colíder, junto al sorprendente Masnou. El ambiente en las gradas del estadio estará asegurado… al menos por parte vallesana. El Manresa ha facilitado al club arlequinada 200 entradas para sus socios, aunque seguro que serán más los que se desplazarán a Manresa sin ella (no, no viene el Barça, por lo que seguro que no se acabarán las entradas). Por esa circunstancia, por la masiva afluencia que se prevé de una afición que, a pesar del descenso, no deja que el equipo de sus amores camine solo, la afición local debería acudir al estadio para arropar al equipo manresano y rivalizar en la grada con la afición visitante. Que el Manresa se enfrente a un club con solera, con poso de 1ª División, no ocurre todas las temporadas. También es posible que pasen muchos años para que volvamos a ver un enfrentamiento de estas características (¡o no!), por eso, bueno sería que el Manresa no se encontrara el próximo domingo jugando en campo contrario. No hace falta que vengan todos los aficionados que reventaron el Congost para ver a los Ronaldinhos, Eto’os y compañía, pero si acudieran una buena parte de ellos/ellas el equipo de José Antonio Montes lo agradecería y, seguro, volaría sobre la hierba del estadio.